Al poco de salir del monasterio, y tras el breve paso por la granja y alguna que otra misión secundaria, llegamos a la ciudad. Y, claro está, como chico de provincias, todo nos parece nuevo y extraño.
Rápidamente descubrimos que hay dos facciones en la ciudad: la facción de Carlos, quien actualmente controla la situación (supuestamente) y los seguidores del Don. A poco que te muevas por la ciudad, descubrirás que hay más seguidores del Don de lo que cabría esperar y en tu mano está la de ayudarles o no.
En nuestro caso, en un principio optamos por apoyar a Carlos y sus seguidores, puesto que es la parte "oficial" y nos podría permitir mayor libertad de movimientos. Aunque poco a poco nos vamos desmarcando en lo que podemos y ayudamos también a las gentes del Don.
miércoles, 21 de octubre de 2009
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